La reconocida cantante paraguaya, Verónica Forcadell, considerada una de las mejores voces del país, encendió las redes sociales con una dura crítica hacia el jurado del programa “Yo me llamo Paraguay”, tras ser rechazada en el casting del reality. La artista denunció que los jueces desconocieron a Aretha Franklin, la artista que ella eligió interpretar, y que se le pidió cambiar su elección por no ser “popular”. “¿Quién le conoce a esa artista?”, le habrían dicho, en una escena que ella consideró humillante e injusta.

Pero la polémica no terminó ahí. Forcadell aprovechó su publicación para hacer un repaso crudo y sin filtros de los rechazos que ha recibido en su país a lo largo de su carrera, mencionando nombres concretos y situaciones que marcaron su camino artístico. Contó que un productor del recordado programa “Rojo” le dijo que no tenía la “imagen” para la televisión por su sobrepeso. “No solo es la voz, la imagen también es importante y vos no la tenés”, recordó, visiblemente dolida.

Paradójicamente, mientras en Paraguay se le cerraban las puertas, en el exterior la historia fue diferente. Fue finalista en Soñando por Cantar (Argentina), donde fue ovacionada por Patricia Sosa, Valeria Lynch y Alejandro Lerner; también llegó a la final del reality brasileño “Qual é o seu talento”, recibiendo trato profesional y reconocimiento como artista. “En otros países me trataron como una estrella, pero en mi propio país me siguen descartando sin siquiera mostrarme en pantalla”, lamentó.

La artista también reveló que su regreso a los escenarios fue parte de un proceso de recuperación personal, tras atravesar una profunda depresión y una dura batalla contra las adicciones. “Dios me rescató de un pozo oscuro. Volví con fuerzas renovadas, solo quería una oportunidad”, escribió. Por eso, le dolió que ni siquiera se televisara su audición en Telefuturo, cadena a la que considera su segundo hogar artístico.

Con un mensaje emotivo, pero cargado de indignación, Forcadell cerró su descargo agradeciendo incluso los rechazos, pero no sin dejar una fuerte crítica: “A los que amamos a Dios, todo nos ayuda a bien. Pero mi país debería aprender a valorar a sus artistas antes de que los valoren en otro lado”.