El periodista y docente, Carlos Martini, expresó su profundo repudio ante el caso del bautismo universitario en Caaguazú, donde un grupo de estudiantes utilizó a un perro moribundo como símbolo de iniciación. A través de sus redes sociales, Martini, también profesor en la Universidad Católica, exigió que los 40 jóvenes identificados por la Fiscalía sean expulsados de manera inmediata y se les impida de por vida el acceso a cualquier sede de la institución. “No merecen llamarse estudiantes. Que no vuelvan a pisar ninguna aula. Lo que hicieron no tiene justificación ni perdón”, sentenció.
Martini, con dos décadas de trayectoria en la docencia universitaria, no disimuló su indignación: calificó a los implicados como “miserables y cobardes”, y afirmó que su conducta refleja una profunda crueldad y falta de valores. En su publicación, recalcó que si se comprueba judicialmente su participación, la sanción universitaria debe ser implacable y ejemplar: “Una universidad debe formar seres humanos íntegros, no permitir que se normalicen actos tan degradantes”.
El comunicador también cuestionó la pena máxima prevista por la ley, de hasta seis años de cárcel, por considerarla insuficiente ante la gravedad del hecho. “No solo deberían ir presos por más tiempo, sino hacerlo en una penitenciaría de máxima seguridad. Esto no es travesura, es tortura”, agregó. Su mensaje encendió el debate sobre los límites de los ritos universitarios y la urgente necesidad de erradicarlos cuando implican violencia o maltrato.