Cristiano Ronaldo finalmente decidió dar el siguiente paso con, Georgina Rodríguez, tras nueve años de relación: le propuso matrimonio y ella dijo que sí, o más bien escribió “Sí, quiero. En esta y en todas mis vidas” en sus redes, acompañada de una imagen de sus manos entrelazadas y un anillo que no pasa desapercibido. La joya, que parece más salida de una bóveda real que de una joyería común, fue valuada por expertos en unos 10 millones de euros, una cifra que haría temblar a más de un jeque árabe.
La historia de amor entre la modelo argentina y el astro portugués comenzó en 2016 en una tienda Gucci de Madrid, y desde entonces la pareja ha sido inseparable, formando una familia y compartiendo lujos interplanetarios. Pero más allá del romance, la pareja tiene los pies firmemente plantados en la realidad: según medios lusos, Cristiano y Georgina firmaron un acuerdo prenupcial que garantiza a ella una pensión mensual de 100.000 euros y la propiedad de su mansión en caso de separación. El amor, sí… pero con condiciones.
Con este compromiso, CR7 no solo demuestra que su generosidad no se limita al campo de juego, sino que también sabe blindar su patrimonio. Entre diamantes, cláusulas legales y promesas eternas, todo indica que la boda será un evento galáctico donde se dirá “Siuu… acepto”, pero con abogado en primera fila.