La actriz y modelo francesa Brigitte Bardot, fallecida este fin de semana a los 91 años, decidió que su legado económico se destine por completo a la protección animal. Ícono de la sensualidad femenina en los años 50 y 60, Bardot alcanzó fama internacional gracias a su talento y su presencia en la pantalla grande, pero siempre mantuvo un compromiso firme con los derechos de los animales.

Tras abandonar el cine en 1973 por la frustración de no ser tomada en serio como actriz “seria”, Bardot volcó todas sus energías en la Fundación Brigitte Bardot. A lo largo de los años, subastó sus joyas y recuerdos cinematográficos, recaudando millones para programas de esterilización de animales y campañas de protección, y se convirtió en vegetariana, denunciando maltratos y políticas gubernamentales que afectaran a los animales.

Con una fortuna estimada en 65 millones de dólares y una relación distante con su único hijo, Brigitte dejó claros sus deseos: que su riqueza continúe apoyando la causa animalista. Incluso antes de su fallecimiento, cedió legalmente su emblemática propiedad en La Madrague a la Fundación, asegurándose de que su lucha y legado sigan vivos mucho más allá de su partida.