El último superclásico entre Cerro Porteño y Olimpia fue todo menos pacífico: empujones, jugadores expulsados, supuestos infiltrados y un empate que dejó más dudas que festejos. Pero fuera de la cancha, otra polémica se encendió tras el comentario de Larissa Riquelme, quien se mostró preocupada por la violencia, especialmente por la agresión sufrida por una mujer en las gradas. “El fútbol es pasión, pero jamás debe cruzar la línea hacia la violencia”, expresó en sus redes.
Lejos de encontrar apoyo, la «Novia del Mundial» fue blanco de ataques en redes sociales. Varios usuarios la descalificaron con comentarios sexistas, cuestionando su derecho a opinar sobre el deporte simplemente por su apariencia. “Andá a dormir, señora”, “Callate y mostrá lo tuyo” y otros mensajes denigrantes inundaron sus publicaciones, evidenciando que el machismo sigue más vigente que nunca en ciertos sectores del fútbol paraguayo.
Fiel a su estilo frontal, Larissa no se quedó callada y respondió con firmeza. “Opinar no tiene género ni escote”, sentenció, reafirmando su derecho como fanática y comunicadora a expresarse sobre lo que ama: el fútbol. Su respuesta encendió un nuevo debate sobre el rol de la mujer en el periodismo deportivo y dejó en claro que la pelota se juega dentro y fuera de la cancha.