Shakira no vino a llorar, vino a reinar. Con su nueva gira mundial “Las mujeres ya no lloran”, la artista colombiana está dejando en claro que sigue siendo una fuerza imparable sobre el escenario. Cada presentación se convierte en un evento de alto voltaje, cargado de sensualidad, potencia vocal y despliegue escénico, que mantiene a su público en vilo desde el primer acorde hasta el último paso de baile.
Después de romperla en escenarios internacionales con apariciones de lujo como Carlos Vives y Maluma, con quienes ha compartido hits y aplausos, Shakira volvió a sacudir las redes sociales con un anuncio inesperado. Para su primer show en Estados Unidos, eligió a un compañero que no necesita presentación, el cantautor español Alejandro Sanz, con quien tiene una de las colaboraciones más recordadas del pop latino.
La elección no es casual ni inocente, Shakira sabe jugar sus cartas, y traer a Sanz en pleno arranque estadounidense es una jugada maestra. Su emblemático “La tortura” aún resuena como uno de los dúos más icónicos de los 2000, y esta nueva aparición juntos es puro fuego nostálgico para una audiencia que creció con ese himno. La noticia no solo generó furor entre los fans, sino también un claro mensaje: la barranquillera no se guarda nada.