La semana pasada fue viral el episodio sufrido por un cronista que fue víctima de maltrato por parte de sus compañeros al aire. El caso fue tan viral a nivel nacional e internacional, que generó -supuestamente- la suspensión de Fernanda Robles, decisión que habría tomado el medio en el que forma parte, como consecuencia de la presión ciudadana en redes sociales.
Este reprochable hecho llevó a que comunicadores, influencers, seguidores y hasta la propia ministra de Trabajo, Mónica Recalde, emitiera un contundente comunicado, advirtiendo los riesgos de cometer este tipo de actos en ambientes públicos y privados.
Sin embargo, los seguidores de esta plataforma recordaron que no es el único momento que se hizo viral en referencia a los maltratos en el ambiente laboral televisivo. Tiempo atrás, el programa Teleshow expuso una denuncia gravísima que llegó a su producción. Sus conductores habían relatado al aire que fuentes anónimas y certificadas acercaron a La Tele materiales audiovisuales a modo de protesta y evidencia de lo que sucede cuando se apagan las cámaras o frente a ellas. Durante aquella emisión, se escuchaba a una supuesta presentadora de TV, que -según medios impresos- era la amante de uno de los directivos que también habría sido despedido- maltratando verbal y psicológicamente a varios colaboradores del canal.

Las víctimas de entonces, según aquel programa, recordaban que la mujer en cuestión, que pretendía ser figura de una página erótica, mediante la exposición en ese medio, ingresó a la pantalla, señalando en todo momento que era “asesora” en Marketing.
Otro episodio que rememoran los televidentes es que la conductora recibió un premio dentro de la categoría Investigación sin que la misma haya tenido méritos en esta área, o sea le reclamaban a la organización cuáles eran sus trabajos de investigación en televisión, en prensa escrita o en libros impresos. Los lapidarios comentarios sugerían que esta distinción fue “arreglada” mediante un aparente acuerdo entre un alto directivo con los organizadores del certamen. El hecho generó la burla de otros medios de comunicación por la falta de sustentos en esta premiación.
Los seguidores de PrimiciasYa, al recordar el caso Fernanda Robles, insistían en saber si esa persona alguna vez comprobó lo que a boca llena gritaba a los cuatro vientos sobre ser supuestamente ingeniera en varias carreras, hecho que nunca comprobó mostrando un solo título académico, ni dónde estudió, ni sus experiencias como cronista o presentadora en otros medios de comunicación.
Aunque pareciera ser un mal menor, los comentarios también apuntaban a su falta de dicción, preparación y por conducir un programa desinformando a la gente, lo que habría ahuyentado marcas comerciales y lo que habría generado una drástica caída en el rating del medio y desprestigio.
Este tipo de situaciones induce a que los presentadores de televisión deben ser más responsables en la manera de informar y de tratar a su audiencia y sus colaboradores.