Una fuerte discusión en el departamento de Wanda Nara, que también es hogar de la familia Icardi, terminó en un incidente violento que involucró al futbolista Mauro Icardi. El deportista llegó para recoger a sus hijas, pero cuando las menores intentaron bajar con sus perros, se negó a llevarlos, lo que desató una serie de problemas. Las niñas, visiblemente afectadas, regresaron a sus habitaciones con los animales, y tras la tardanza en su descenso, Icardi se mostró agresivo.
En un ataque de furia, el jugador pateó la puerta con tal fuerza que la derribó. La situación se complicó cuando, según testigos, Icardi mostró actitud hostil hacia los animales y también hacia una empleada doméstica. Los gritos desesperados de Wanda y las niñas pudieron oírse en todo el edificio. «Ayúdame por favor», suplicaba al escuchar a su hija pedir que se detuviera, claramente angustiada por el caos que se estaba viviendo.
La policía llegó rápidamente al lugar después de que los vecinos alertaran sobre el disturbio. A pesar de la intervención, la situación dejó una gran preocupación sobre el bienestar emocional de las menores involucradas y el ambiente de violencia que se desató en su hogar. La tensión entre Wanda Nara y Mauro Icardi parece haber alcanzado un nuevo y alarmante nivel.