La redacción de ABC Color, uno de los medios más influyentes del Paraguay, se ve sacudida por una polémica que ha traspasado las paredes del edificio y estallado en redes sociales. El periodista Enrique Vargas Peña, reconocido por su estilo frontal y polémico, es acusado por sus propios compañeros de trabajo de mantener actitudes de hostigamiento y maltrato hacia colegas del área técnica y redacción. Un comunicado firmado por varios trabajadores del medio se viralizó esta semana, dejando en claro su repudio a lo que califican como un patrón de comportamiento inapropiado e intolerable.

«Periodistas de ABC CONDENAMOS y REPUDIAMOS los constantes maltratos de ENRIQUE VARGAS PEÑA», reza el comunicado que circula en redes, con un tono firme y sin rodeos. Los firmantes denuncian que no aceptarán que las quejas sean minimizadas ni encubiertas bajo supuestas “instrucciones” editoriales, lo que sugiere un trasfondo aún más profundo de tensiones laborales y posibles disputas ideológicas dentro del diario.

Enrique Vargas Peña, fiel a su estilo confrontativo, no tardó en salir al cruce. Negó tajantemente las acusaciones y sugirió que detrás de la campaña hay un intento de silenciarlo por sus opiniones políticas. «Es un intento de cercenar mi contenido. Les molesta lo que yo digo, entonces tienen que inventar historias», disparó en sus declaraciones, reclamando además la difusión completa y sin ediciones de la asamblea donde se discutió su conducta.

El periodista sostuvo que mantiene buena relación con gran parte del equipo y minimizó el conflicto como una cuestión de diferencias ideológicas. “Yo tengo problemas por disidencia política”, afirmó, dejando entrever que su estilo crítico y sus posturas podrían haber incomodado a ciertos sectores dentro de la redacción. También pidió un “acto de honestidad” a quienes filmaron la asamblea, exigiendo que el video se publique sin cortes.

Este episodio pone en el centro del debate el límite entre la libertad de expresión dentro de un medio de comunicación y la responsabilidad de mantener un ambiente de trabajo saludable. Mientras algunos defienden el derecho de Vargas Peña a expresarse sin censura, otros insisten en que el respeto mutuo no es negociable, incluso entre figuras de alto perfil. Lo cierto es que esta polémica, lejos de apagarse, sigue generando eco dentro y fuera de ABC, donde el verdadero reto parece ser resolver si se trata de una lucha por principios o simplemente una guerra de egos.