Tras acaparar flashes y elogios en la alfombra roja del Festival de Cannes, la modelo paraguaya Nadia Ferreira volvió al país en un viaje tan fugaz como emotivo. Lejos de los reflectores y sin hacer ruido, aterrizó el sábado en Asunción y partió rumbo a Villarrica, su ciudad natal, con un único objetivo, abrazar a su abuela y compartir un asado en familia.

La top model, que evitó publicar imágenes del encuentro, dejó entrever su alegría a través de historias que mostraban paisajes de su querida Villarrica, con mensajes cargados de nostalgia y orgullo. Esta escapada íntima, breve pero significativa, reafirma el profundo vínculo que Nadia mantiene con sus raíces, pese a su vida agitada entre pasarelas internacionales.
Su estadía duró apenas unas horas. El domingo, partió nuevamente rumbo a Miami desde el aeropuerto Silvio Pettirossi, donde la esperaba su madre, quien cuida de su pequeño Marquitos. Aunque corta, la visita dejó en claro que para Nadia, el éxito no borra el valor de volver a casa, aunque sea solo por un rato.