El periodista y conductor Carlos Martini encendió el debate al cuestionar con dureza la decisión de las autoridades de Caapucú de prohibir la celebración de Halloween por considerarla una «fiesta que degenera a las personas». En su intervención, Martini calificó la medida de “ridícula” y apuntó a problemas estructurales mucho más serios que, a su criterio, deberían preocupar a los responsables de la gestión pública.
“Lo que realmente degrada al Paraguay es la precarización laboral, la falta de acceso a derechos básicos como jubilación o salud, y la profunda desigualdad”, expresó. Asimismo, criticó el sistema educativo y de salud, señalando que “ocho de cada diez personas no comprenden lo que leen y la salud pública depende del bolsillo del ciudadano”. También hizo hincapié en la impunidad, que según denunció, ampara incluso al crimen organizado. “Eso es lo que debería escandalizarnos, no una fiesta de disfraces”, sostuvo con firmeza.
Si bien aclaró que nunca participó en una celebración de Halloween, Martini defendió el derecho de la ciudadanía a elegir cómo divertirse y se mostró en contra de imponer restricciones culturales sin fundamentos reales. Con su característico estilo frontal, cerró su crítica dejando claro que, a su juicio, el verdadero daño a la sociedad paraguaya no viene de una tradición extranjera, sino de las deudas internas que siguen sin resolverse.