La reciente controversia entre el reconocido relator deportivo Luis Enrique Pérez y su sobrino, el joven periodista Juan José Pérez, ha sacudido a la audiencia radial y a las redes sociales. Todo comenzó cuando, en plena transmisión en vivo, Luis Enrique echó abruptamente a Juan José tras un intercambio de opiniones. La escena no tardó en viralizarse, generando una ola de críticas, y llevando al veterano comunicador a emitir una disculpa pública al día siguiente, reconociendo que su reacción fue “desmedida” y que “todos tenemos un mal día”.

Lejos de alimentar la polémica, Juan José optó por la elegancia del silencio durante los primeros días, hasta que finalmente rompió su silencio en un podcast llamado Desde la grada. Allí, con tono sereno y agradecido, explicó su salida de la emisora 780 AM, asegurando que no guarda rencor y que valora profundamente los tres años vividos en la radio que siempre soñó. “No voy a hablar mal de nadie. La gente ya vio lo que pasó. Prefiero ponerle pausa al conflicto por mi paz y por la tranquilidad de mi familia”, afirmó, dando muestra de madurez y dejando en claro que su decisión fue personal.
Actualmente sin empleo, Juan José admitió que renunciar no fue fácil, pero que eligió priorizar sus principios por encima del sueldo. “No hay dinero que valga más que mis valores. Si no estoy bien conmigo, no puedo estar bien en mi trabajo”, confesó con honestidad. Mientras el video del incidente sigue circulando y dividiendo opiniones, muchos ven en Juanjo un ejemplo de integridad, y en su gesto, una muestra de que la dignidad no se negocia, ni siquiera entre familiares bajo el mismo techo de la radio.