Desde su mudanza a Turquía junto a la China Suárez, Mauro Icardi parece haber decidido reinventarse por completo. Enfocado en su regreso al fútbol en el Galatasaray y disfrutando de una nueva etapa sentimental, el delantero argentino sorprendió en redes al mostrar un tatuaje que representa mucho más que arte corporal: es el símbolo de un cierre definitivo. Sobre el brazo izquierdo donde antes lucía el rostro de Wanda Nara, ahora se impone la imagen de una loba en medio de un bosque, diseño cargado de simbolismo que remite a la fortaleza, la autonomía y la protección.

La publicación en Instagram fue acompañada por la frase “Work in progress” y dos emojis que ya son parte del sello Icardi: un corazón y un reloj de arena. El estilo blackout del tatuaje, que cubre grandes áreas con tinta negra, no solo sirvió para ocultar a su expareja, sino que también marcó visualmente una ruptura con el pasado. Este tipo de intervenciones suelen asociarse con cambios profundos, decisiones irreversibles y nuevas etapas personales. En este caso, también parece funcionar como una declaración pública sobre su nueva vida y su deseo de dejar atrás lo que fue.

Sin embargo, el gesto no pasó desapercibido para sus seguidores ni para el entorno mediático, que aún sigue de cerca el conflicto con Wanda. A pesar de que ambos ya han reconstruido sus vidas por separado, los cruces judiciales, los dardos en redes sociales y las declaraciones cruzadas mantienen encendido el fuego del escándalo. Mientras Mauro busca cubrir el pasado con tinta negra, los comentarios no tardaron en recordarle que, para muchos, borrar de la piel no es lo mismo que borrar del corazón.