Puppa Careaga, conductora de Chicas Guapas Paraguay, programa emitido por América Paraguay, conmovió a sus seguidores al revelar uno de los pasajes más intensos y dolorosos de su vida. A través de un extenso y emotivo texto en redes sociales, compartió cómo atravesó una profunda crisis emocional que la llevó al límite de su resistencia. Lejos de maquillar la realidad, habló con una franqueza brutal sobre su caída, su quiebre y la reconstrucción interior que emprendió al entregarse por completo a su fe.
Durante años, según relató, vivió atrapada en una vorágine de impulsos, decisiones erradas y relaciones vacías que solo acentuaban una sensación de vacío. Aunque buscaba amor, contención y sentido, lo único que encontraba era más dolor, decepciones y una soledad cada vez más pesada. “Toqué fondo cuando me di cuenta de que todo lo que había hecho para sentirme mejor, solo me alejaba más de mí misma”, confesó.
Un episodio inesperado marcó el punto de giro. Aunque no dio detalles precisos, dijo que fue esa noticia la que la sacudió por completo. Lejos de fortalecerse, comenzó a experimentar un deterioro emocional cada vez más evidente. Aun así, su instinto maternal la sostuvo. Valentino, su hijo, fue el ancla que la mantuvo luchando. “Me obligaba a sonreír cuando por dentro me estaba desmoronando”, expresó en su escrito.
El momento clave llegó en una mañana aparentemente común, mientras descansaba en una carpa durante un viaje. Allí, en un silencio total, sintió que ya no podía fingir más. Se derrumbó, se soltó y se rindió. Pero no al dolor, se entregó a la fe. “Ese día decidí morir a todo lo que me destruía. Y dejar que Dios haga lo que yo no pude”, relató con un tono de rendición transformadora. No hubo milagros espectaculares, pero sí un cambio silencioso, profundo y verdadero.
Desde entonces, Puppa asegura que comenzó a experimentar una paz que nunca antes había conocido. El proceso no fue fácil ni rápido, pero fue real. Empezó a recibir señales, apoyo inesperado y oportunidades que le confirmaron que no estaba sola. A pesar de haber atravesado recientemente una fuerte crisis financiera, se sintió serena, enfocada y sostenida. “Antes me ahogaba en la ansiedad, hoy camino sin miedo. Porque no camino sola”, dijo.
Su testimonio, que rápidamente se volvió viral, se transformó en un mensaje de esperanza para quienes transitan momentos oscuros. Más que una confesión, fue una declaración de fe. “Ya no se trata de mí, se trata de Él. De su gracia, su perdón y su amor inmerecido”. Con la mirada firme y el corazón más liviano, Puppa Careaga demuestra que, a veces, hay que tocar fondo para volver a nacer.